Después de muchos meses volvemos con algo para clase.
Gerard Unger (Arnhem, 1942), diseñador gráfico destacado en el ámbito tipográfico,es el autor de la presente obra.
Entre 1963 y 1967 cursó estudios de diseño gráfico y tipografía en la Academia Gerrit Rietveld de Amsterdam. Desde 1975 trabaja como freelance. Como explica en su página web, a lo largo de su carrera ha diseñado estampas, monedas, revistas, periódicos, libros, logotipos, etc., destacando sobretodo en el campo de la tipografía con tipos como Swift, Gulliver o Coranto. Ha sido premiado en más de una ocasión, tanto por tipos particulares como por el conjunto de toda su obra.
Ha realizado importantes encargos como la señalética para el sistema de metro de Amsterdam o las autovías holandesas. El listado completo de sus tipografías puede consultarse en la web.
Unger también ha sido profesor en su universidad de origen, la Gerrit Rietveld, hasta 2007. En la actualidad, además de escribir artículos entorno a tipografía y lectura en diversas publicaciones, es profesor visitante en la University of Reading y profesor de tipografía en la Universidad de Leiden.
A su labor docente hay que añadirle el presente libro, publicado por primera vez en 1995, siendo reeditado en 2006 y traducido a varios idiomas. Campgràfic ha sido la editorial encargada de la publicación y distribución en castellano.
Nadie mejor que el autor para resumir el propósito del escrito: Qué ocurre ante los ojos y la mente de los lectores y en qué medida pueden intervenir en ello los diseñadores de letras y tipógrafos. Unger hace un recorrido entorno a todo el proceso de lectura de manera multidisciplinar, conectando los aspectos históricos, psicológicos, culturales, tecnológicos y semióticos con la teoría y práctica del diseño gráfico y, en particular, la tipografía.
Con un estilo muy ameno, a través de diecinueve cortos capítulos, el autor analiza diferentes factores de la lectura desde la perspectiva del diseño: cómo se almacena la información sobre letras en el cerebro; cuáles son las pautas y qué tipos de lectura hay, qué limites tiene la tipografía en relación a ello; cómo se puede llegar a innovar sin perjudicar la lectura, etc.
Una conclusión pervive a lo largo de todo el libro: la falta de investigaciones rigurosas en el área de la lectura y más concretamente en el campo tipográfico.
De ahí también la eterna disputa entre ruptura y tradición en el desarrollo de tipos. Caso ilustrado de ello han sido los constantes cambios en las preferencias tipográficas de los diseñadores y tipógrafos a lo largo del s.XX: la férrea defensa de las remates de Stanley Morison o el elogio de La nueva tipografía de Jan Tschichold. Cambios carentes de un fundamento científico que acaban por ser puramente emocionales, basados más en la experiencia, práctica y sentido común que la investigación, según el autor.
Los conocimientos teóricos no están concentrados en un capítulo exclusivo. Tampoco los consejos prácticos. Distribuidos a lo largo de todo el libro y siempre relacionados con el contexto, generan una visión mucho más amplia además de evitar una lectura arrítmica. Nada se le escapa al autor: la importancia del espaciado, ilusiones ópticas, tamaño y ergonomía del libro, número de líneas y caractéres, el gris tipográfico, la relación entre macro y micro-tipografía, etc.
Unger también explica y analiza los intentos históricos de disminuir el alfabeto, o reducir las letras a unidades más básicas. Experimentos a veces descabellados que sin embago han sido fundamentales en el avance de la disciplina a falta de investigaciones. El autor cuestiona así la arbitrariedad de muchos juicios en la profesión, además del conservadurismo del propio lenguaje (o más bien de los lingüistas) a aceptar algunas innovaciones que pueden venir del campo de diseño tipográfico.
¿El logro de la obra? Las múltiples lecturas que posibilita. La minuciosa descripción sobre el proceso de la lectura y el lenguaje, la compleja belleza de la tipografía y el diseño editorial para un lector no especialista; los consejos y trucos a la hora de trabajar con letras; la ampliación de horizontes y revisión crítica de la profesión para los tipógrafos.
Innovación o tradición. La cuestión sigue estando ahí. Aproximarse y verla en toda su complejidad, de la manera más amplia posible – el primer paso. He ahí la clave del libro.